Hacer regalos a nuestra familia suele ser difícil, pero no lo es tanto si nos damos cuenta de que lo más quieren nuestros seres queridos: nuestro tiempo y tener recuerdos bonitos con nosotros. Por eso son tantas las personas que han acudido a nuestro estudio a pedirnos una sesión fotográfica con sus abuelos y sus nietos. Y la verdad es que salen unas sesiones muy bonitas. Hemos llorado en algunas porque los abuelos se enternecen muchísimo

Tiempo a vuestro lado y recuerdos. Los abuelos no quieren nada más que eso. El mes pasado nos llamó Carla. Nos contó que su padre estaba algo malito, que no podía salir de su casa en Los Mallos y que apenas podía pasar tiempo con los nietos. Se le ocurrió organizar una sesión de fotos profesional con su padre y sus nietos, para que el abuelo tuviera unas fotos chulas que ver siempre que quisiera. También le hacía ilusión que su padre participará en una actividad tan divertida como esta, porque nunca le habían hecho fotos de calidad.

El problema era que no podía salir de casa. Su vida era de la cama al sofá y del sofá a la cama pasando por el baño. Pero eso para nosotros no fue un problema. Le preguntamos cómo era su casa, por dónde llegaba la luz, qué sitios eran cómodos para el abuelo… Una vez lo tuvimos claro, cogimos nuestras cámaras, pantallas y focos y fuimos para allá. Nos desplazamos hasta su residencia, y lo montamos todo.

Adoramos las sesiones de abuelos y nietos – 696 083 214

Su padre estaba alucinando, no entendía qué pasaba. Pero su cara de asombro cambió cuando llegaron los nietos. Curiosos, empezaron a juguetear con el equipo y con nosotros. Abrazaron al abuelo y empezó la sesión. En todo momento buscamos la espontaneidad. Nada de posados ni de caras serias; al contrario. Llevamos juguetes y atrezzo, y la madre también llevó mucho material. El resultad fue que conseguimos capturar en una foto la sonrisa más sincera y bonita del abuelo. Fotografiamos besos, caricias, juegos y momentos imborrables.

Cuando acabamos con nuestra sesión, nos llevamos todo lo capturado a nuestro estudio. Editamos las fotos e hicimos una selección. Con ellas, montamos un álbum que le dimos a la mamá y una cuantas fotos para enmarcar. Su padre dijo que jamás le habían hecho un regalo tan bonito, y ya no solo por las fotos, también por haber tenido una excusa para jugar con sus nietos, estar con ellos y sonreír.

Si quieres vivir esta historia en tu casa, nos llamamos Tragaluz. Te esperamos 😉